Papá Noel no existe

No voy a mentirte, cariño. No lo he hecho nunca. Ayer me preguntaste a dónde van los pájaros que se mueren. Y no lo sé, de verdad, no lo sé. De repente, imagina, están en los árboles y se caen. El corazón les deja de latir y se caen. Y los bosques y los parques siguen su curso como si nada. Amanece y acogen el cuerpo de las criaturas que han dejado de respirar. A veces los pinos o las hayas sonríen, porque saben que se cierra un círculo y se abre otro más. Pero lo del cielo… tengo mis dudas. Hay días en que me parece todo un cuento chino. En el cielo hay libélulas y mariposas de las que tanto te gustan, y nubes claras que nos recuerdan lo importante. Si alguna vez te sientes triste, Vega, contempla el cielo. Porque en él encontrarás las respuestas. Ahora, lo de los ángeles y Dios y la Virgen María… pues no sé. No sé. Click aquí y sigue leyendo